La descendencia de Luis XIV fue mus extensa, De su matrimonio con su
primera esposa, su prima hermana María Teresa de Austria,
tuvo seis hijos: Luis el Gran Delfín (1661 – 1711),
Delfín, Ana Isabel (1662), María Ana (1664),
María Teresa (1667 – 1672), Felipe (1668 – 1671), Duque de
Anjou y Luis Francisco (1672). Otra esposa fue Luisa de La
Valliére, con la que tuvo cuatro hijos, de los cuales
sólo sobrevivieron dos que serían
legitimados: María Ana, primera dama de Blois,
casada con Luis Armando de Borbón, príncipe de
Conti y Luis conde de Vermandois. Y su tercera esposa llamada
Françoise Athénaïs de Rochechouart de
Mortemart, Madame de Montespan tuvo siete hijos: Luisa Francisca
(1669 – 1672), Luis Augusto (1670 – 1736), duque de Maine, abad
de Saint-Germain-des-Prés, Luis César (1672 –
1683), conde de Vexin, Luisa Francisca (1673 – 1743),
Mademoiselle de Nantes, esposa de Luis III de
Borbón-Condé, duque de Borbón, 6º
príncipe de Condé, Luisa María Ana (1674 –
1681), Mademoiselle de Tours, Francisca María (1677 –
1749), la segunda Mademoiselle de Blois, que sería esposa
de Felipe de Orleans, duque de Chartres y futuro Regente a
la muerte de
Luis XIV, y Luis Alejandro (1678 – 1737), conde de Toulouse.
1.5 Fallecimiento
El centralismo al
que sometió a su país y su excesivo culto a su
persona,
hicieron que a Luis XIV se le llegase a considerara uno de los
monarcas más absolutos de todos los tiempos. Su vicio por
el poder se
convirtió en exagerado. Todo se hacía por la
fuerza. Lo que
en un principio era aceptado de buena manera llegó a
convertirse en insoportable. Su frase era: «L"Etat,
c"est moi» (El Estado, soy
yo).
La ambición de Luis XIV se encaminó siempre y
por encima de todo. No podía consentir nada ni a nadie a
la sombra de una ofensa. Los derechos de los demás
ya no existían para él. A tal punto había
llegado, en su apogeo, que todo lo miraba desde un marco
completamente ortodoxo y hasta dictatorial. El mundo había
sido encadenado por el terror.
En otra esfera, y por otra parte, su reinado, largo y glorioso
para Francia,
coincidió con el máximo esplendor de las letras y
las artes francesas, motivo por el cual a este período se
le ha llamado el siglo de Luis XIV. Aquel que fuese llamado el
Rey Sol y que muriese en Versalles en el año 1715 a la
edad de 77 años.
Asi fue como el rey Sol llegó al final de su largo
reinado estuvo marcado por los primeros síntomas de
decadencia del régimen y de la corte, el declive de la
hegemonía francesa en el continente, el fracaso de su
política
colonial y el inquietante malestar social surgido de las
hambrunas que padecía el pueblo llano. Sin embargo, el
monarca, llamado vicediós por el obispo Godeau,
siguió fiel a sí mismo y confiado hasta el
día de su muerte (1715)
en su voluntad como único motor de la vida
del reino y de sus súbditos.
Luis XIV murió el 1 de septiembre de 1715 de gangrena,
pocos días antes de su septuagésimo séptimo
cumpleaños y tras setenta y dos años de
reinado.
Su cuerpo yace en la basílica de Saint-Denis, en
París. Prácticamente todos los hijos
legítimos del rey murieron en la infancia. El
único que llegó a la madurez, su hijo mayor Luis,
el Gran Delfínmurió antes que su padre, en el
año 1711, dejando tres hijos. El mayor de ellos, Luis,
Duque de Borgoña, murió en 1712, seguido por el
hijo mayor de éste, Luis, Duque de Bretaña. Por lo
tanto, el bisnieto de cinco años de Luis XIV, Luis, el
Duque de Anjou, hijo pequeño del Duque de Borgoña y
Delfín tras la muerte de su abuelo, su padre y su
hermano mayor, fue el sucesor al trono francés, reinando
como Luis XV de Francia.
Capítulo 2:
Reinado
2.1 Sube al poder
El sería Luis XIV, monarca absoluto de Francia, cuyo
reinado quedó para la historia. Un hombre de
inteligencia y
sagacidad indescriptibles. Un verdadero monarca que supo rodearse
de los mejores hombres y supo llevar a su país por el
camino que él consideró el más justo y
adecuado. Luis XIII no se fiaba de la habilidad de su esposa para
gobernar Francia tras su muerte, por lo que decretó que un
consejo regente gobernase en nombre de su hijo durante su
minoría de edad, para reducir así el poder de la
Reina Madre durante la regencia.
No obstante, tras la muerte de Luis XIII y tras la
ascensión al trono, con cinco años, de Luis XIV el
14 de mayo de 1643, Ana anuló el testamento de Luis XIII
en el Parlamento, rompió con el consejo y quedó
como única regente. Durante su regencia, confió el
poder a su primer ministro, el italiano Cardenal Mazarino, al que
la mayoría de los círculos políticos
franceses despreciaban por su origen no francés. En 1660
el joven Luis se casa con la infanta María Teresa de
Austria. Lo hacía en cumplimiento de lo acordado un
año antes, en la firma de la paz de los Pirineos.
Tenía él apenas 22 años.
Al año siguiente, a la muerte del cardenal Mazarino, en
1611, decide asumir personalmente el poder.
2.2 Principio de su Reinado
Cuando en 1643 accedió al trono tras el fallecimiento
de su padre, la esposa de éste, Ana de Austria, con la
ayuda de su principal ministro, el cardenal de origen italiano
Giulio Mazarino, gobernó Francia como regente. Tuvo
tutores amables pero mediocres que le proporcionaron una educación pobre que
fue ampliada personalmente por su madre, desde postulados
católicos. Mazarino le instruyó en las costumbres
de la corte, la guerra y el
arte de
reinar. El conjunto de rebeliones en contra de la monarquía que tuvo lugar entre 1648 y 1653
y ha pasado a ser conocido como La Fronda convenció a Luis
XIV de la necesidad de imponer orden, estabilidad y reformas en
Francia, además de provocar en él una profunda
desconfianza hacia la nobleza.
De acuerdo con la Paz de los Pirineos, firmada con España en
1659, contrajo matrimonio un año después con su
prima, la infanta María Teresa de Austria, hija del rey
español
Felipe IV y de Isabel de Borbón. Cuando en 1661
murió Mazarino, Luis XIV sorprendió a Francia al
negarse a designar un nuevo primer ministro; decidió
gobernar sin la existencia de un jefe de ministros y en 1665
eligió como ministro dedicado al control general
de las finanzas a
Jean-Baptiste Colbert, quien favoreció la industria
nacional y las exportaciones al
mismo tiempo que
desde 1669, con su nuevo cargo de secretario de Estado para la
Marina, reconstruyó la Armada francesa.
A pesar de su libertina juventud, Luis
XIV demostró ser un rey entregado a las labores de
gobierno.
Todos los lunes, miércoles y sábados
presidía las reuniones de una junta en la que él y
un grupo escogido
de ministros formulaban políticas
que afectaban a la vida de sus 20 millones de súbditos.
Desarrolló dos nuevos y eficaces instrumentos de poder: un
cuerpo de diplomáticos profesionales y un Ejército
permanente. A partir de 1682 pasó casi todo su tiempo en
la localidad de Versalles, cerca de París, donde desde
1661 había ordenado la construcción de un magnífico palacio
que se convertiría en uno de los principales monumentos
arquitectónicos europeos.
2.3 Forma de gobierno
Luis XIV tenia una forma de gobierno absoluta que es una
forma de gobierno en la cual el poder reside en una única
persona, a quien deben obedecer todas las demás, sin
rendir cuentas al
parlamento ni al pueblo.
Esta abarco Abarcó los siglos XVI, XVII, XVIII y la
primera mitad del XIX, cuando la influencia política de la
nobleza declinó, aunque manteniendo el régimen
feudal que mantenía su preponderancia en la sociedad de la
época. La teoría
del derecho divino del poder real o del absolutismo
teológico nació en Francia en el último
cuarto del siglo XVI y en el ambiente de
las guerras de
religión.
Aunque en Europa la
divinización del monarca nunca llegó tan lejos como
en Asia (donde en
algunos países se identificaba al rey con el mismo Dios)
el rey siempre tuvo cierto poder sobre las iglesias nacionales a
través del regalismo
2.4 Fin de su Reinado
El fin del reinado de Luis XIV, La guerra,
junto al frío invierno de 1709 y a una escasa cosecha,
provocó en Francia numerosas revueltas por la falta de
alimentos y en
demanda de
reformas políticas y fiscales. Una epidemia de viruela que
tuvo lugar entre 1711 y 1712 acabó con la vida de tres
herederos al trono, dejando un único superviviente por
línea directa, el biznieto de Luis, que tenía 5
años de edad. Luis XIV murió en Versalles el 1
de septiembre de 1715, tras 73 años de reinado.
Asi fue como el rey Sol llegó al final de su largo
reinado estuvo marcado por los primeros síntomas de
decadencia del régimen y de la corte, el declive de la
hegemonía francesa en el continente, el fracaso de su
política colonial y el inquietante malestar social surgido
de las hambrunas que padecía el pueblo llano. Sin embargo,
el monarca, llamado vicediós por el obispo Godeau,
siguió fiel a sí mismo y confiado hasta el
día de su muerte (1715) en su voluntad como único
motor de la vida del reino y de sus súbditos.
Luis XIV murió el 1 de septiembre de 1715 de gangrena,
pocos días antes de su 77 cumpleaños y tras setenta
y dos años de reinado. Su cuerpo yace en la
basílica de Saint-Denis, en París.
Prácticamente todos los hijos legítimos del rey
murieron en la infancia. El único que llegó a la
madurez, su hijo mayor Luis, el Gran Delfínmurió
antes que su padre, en el año 1711, dejando tres hijos. El
mayor de ellos, Luis, Duque de Borgoña, murió en
1712, seguido por el hijo mayor de éste, Luis, Duque de
Bretaña. Por lo tanto, el bisnieto de cinco años de
Luis XIV, Luis, el Duque de Anjou, hijo pequeño del Duque
de Borgoña y Delfín tras la muerte de su
abuelo, su padre y su hermano mayor, fue el sucesor al trono
francés, reinando como Luis XV de Francia.
2.5 La sucesión Española
El problema de la sucesión al trono español
dominó la situación europea tras la Paz de Ryswick.
El rey español, Carlos II, apodado El Hechizado,
estaba muy enfermo y no podía tener descendencia. La
herencia de la
corona española era cuantiosa, ya que Carlos II no
sólo era rey de España, sino también de
Nápoles, Sicilia, Milán, los Países Bajos
Españoles y un gran imperio colonial. En total,
veintidós dominios distintos.
Francia y Austria eran los principales candidatos al trono,
puesto que ambos tenían lazos familiares con la familia
real española. Felipe, Duque de Anjou (que sería
Felipe V de España), el pretendiente francés, era
el bisnieto de la hija mayor de Felipe III de España, Ana
de Austria, y el nieto de la hija mayor de Felipe IV de
España, María Teresa de Austria.
La única pega para sus aspiraciones a la
sucesión era su renuncia al trono, la cual en el caso de
María Teresa, sin embargo, no era efectiva puesto que
España no había cumplido su parte del tratado. Por
otro lado, Carlos, Archiduque de Austria y más tarde
Emperador, hijo menor de Leopoldo I, fruto del tercer matrimonio
de éste con Leonor del Palatinado, reclamaba el trono
español por su abuela paterna, que era la hija menor de
Felipe III; esta pretensión, al contrario de la francesa,
no estaba condicionada por ninguna renuncia previa. Sin embargo,
y usando las reglas de sucesión, la posición
francesa era superior, puesto que su pretendiente
descendía de la hija mayor.
Algunas potencias europeas temían la posibilidad de que
tanto Francia como el Sacro Imperio se hicieran con el control de
España, lo que deterioraría el equilibrio de
poder en Europa. Por ello, Guillermo III, rey de Gran
Bretaña e Irlanda, prefería a otro candidato,
el
Príncipe Bávaro José Fernando de
Baviera, nieto de Leopoldo I y la primera esposa de éste:
Margarita Teresa de España, hija pequeña de Felipe
IV. En los términos del Primer Tratado de
Partición, firmado en La Haya en 1698, en plena guerra de
los Nueve Años, por Inglaterra y
Francia para evitar una alianza hispano-alemana, se estipulaba
que José Fernando heredaría España,
incluyendo los territorios italianos, mientras que los
Países Bajos se repartirían entre las Casas de
Francia y de Austria. España, sin embargo, no había
sido consultada y rechazaba frontalmente la partición del
Imperio Español. La corte española insistía
en la necesidad de mantener la integridad del Imperio. Por ello,
cuando el tratado llegó a oídos de Carlos II,
éste declaró a José Fernando como su
único heredero, legándole toda la herencia en
solitario.
Carlos II, presionado por su esposa alemana, eligió la
casa austríaca, eligiendo como heredero al Archiduque
Carlos. Ignorantes de la decisión de Carlos II, Luis XIV y
Guillermo III firmaron un segundo tratado, que dejaba al
Archiduque con España, los Países Bajos y las
colonias, mientras que el hijo mayor (y heredero) de Luis, Luis
Gran Delfínheredaría los territorios italianos, en
previsión de intercambiarlos posteriormente por Saboya o
la Lorena.
En 1700, agonizando en su lecho de muerte, Carlos II
cambió las disposiciones sucesorias inesperadamente.
Capítulo 3:
Versalles
3.1 Origen
El Palacio de Versalles es el prototipo de la arquitectura
francesa clásica. Su origen se remonta hacia 1623 cuando
Luis XIII mandó a construir un pabellón de caza. El
rey se sentía tan a gusto que urgente ordenó la
ampliación de aquel lugar, hoy conocido como el antiguo
palacio. Posteriormente, su hijo, el joven Luis XIV,
encargó a su arquitecto Luis Le Van el embellecimiento y
la ampliación del edificio primitivo, obras que
continuaron durante todo su reinado. Encima de la terraza del
nuevo palacio se construyó la Galería de los
Espejos, símbolo del poder de la monarquía absoluta
y centro neurálgico del reino durante el antiguo
régimen; incluso después de la Revolución
Francesa siguió ocupando un puesto revelante dentro de
la historia de aquel país. La galería mide 73m de
largo, 10.50m de ancho y 12,30m de alto; está completado
al norte por el Salón de la Guerra, y el sur por el
Salón de la Paz.
3.2 El Castillo Viejo
En 1623 Luis XIII, hizo construir en medio del bosque y al
lado de una loma rodeada por dos pantanos insalubres, una modesta
vivienda de ladrillo, piedra y pizarra. Era su refugio de caza
favorito y, por tanto, se construyó una vivienda
rústica y utilitaria. La disposición de los
pabellones y fosas se hicieron a semejanza de algunas
construcciones feudales.
Luis XIII hizo edificar una nueva vivienda en un terreno que
compró a Jean de Soisy, del que era propietario desde el
siglo XIV. En esta pequeña residencia, Luis XIII
recibía, de cuando en cuando, a su madre María de
Médicisy a su esposa Ana de Austria, que nunca pernoctaron
allí, sólo pasaban el día.
El primer "palacio" de Versalles, se edificó
detrás del actual edificio de mármol. La vivienda
principal medía 24 metros de largo por seis de profundidad
y, a cada lado, se construyeron dos alas bajas.
El departamento del rey constaba de una pequeña
galería en la que colgaba un cuadro que representaba la
batalla de La Rochelle. A continuación había cuatro
salas cuyas paredes estaban recubiertas de tapicerías. La
habitación del rey ocupaba el cuerpo central del
edificio.
El rey no hizo la compra de este castillo más que para
demolerlo y así ampliar la superficie de la residencia
real. Como curiosidad, en la cumbre de la meseta de Versalles, en
la misma plaza del castillo actual, se edificó un molino
de viento: un molinero "reinaba" donde reinaba Luis XIV. Al mismo
tiempo, el rey compró nuevos terrenos para ampliar la zona
de caza. El pabellón edificado en las tierras de Jean de
Soisy se hizo a toda prisa.
El 26 de mayo empezaron los primeros trabajos de
ampliación que fueron dirigidos por el ingeniero
arquitecto Philibert Le Roy.
En 1634 se terminaron las obras y Luis XIII tomó
posesión de sus nuevos departamentos.
3.4 Después de la Revolución
Versalles vivió el apogeo de la Francia de los
Borbones, pero también su destrucción: en Versalles
se establecieron los Estados Generales desde 1789 hasta el 6 de
octubre. En esta fecha la corte, seguida por el rey,
volvió a París. Desde entonces Versalles
quedó vacío. En 1792, tras la caída de la
monarquía, fue saqueado. Napoleón acarició, durante un
tiempo, la idea de convertirlo en su palacio imperial, pero
Versalles ya no se utilizará hasta el retorno de la
monarquía. Luis Felipe encargó a su ministro
Camille Bachasson, conde de Montalivet, la conversión del
palacio en museo: de esa época data la dedicatoria: "A
todas las glorias de Francia".
Versalles ya sólo se utilizó de forma
episódica, o anecdótica. El palacio fue el cuartel
general de la armada prusiana en 1870 durante el asedio de
París. El emperador alemán fue coronado, el 18 de
enero de 1871, en la Galería de los Espejos.
En él se refugiaron, durante la Comuna, Adolphe
Thiers y su gobierno; sentándose en el gigantesco
hemiciclo, en los sillones color burdeos
hasta 1879. Después fue el centro de las elecciones
presidenciales de la III y la IV República. Se
decoró con grandes frescos que evocaban la guerra, la
agricultura,
el comercio, la
industria y la paz. Se firmó el Tratado de Versallesel 28
de junio de 1919, que puso fin a la Primera Guerra
mundial.
3.4 Algunas Cifras
El palacio de Versalles está administrado desde 1995
por el establecimiento público del museo y del dominio Nacional
de Versalles, cuya presidenta es Christine Albanel, consejera de
Estado. En este establecimiento público trabajan 900
personas, 400 de ellas destinadas a la vigilancia. Tres millones
de personas por año visitan el palacio, y 7 millones los
jardines, el 70 % de ellos son extranjeros.
Versalles comprende tres palacios: Versalles, Gran
Trianón y Pequeño Trianón, además de
infinidad de edificios situados en la villa: grandes y
pequeñas caballerizas, hotel de los pequeños placeres, sala
de Juego de la
Palma, el Gran Común…
El palacio de Versalles cuenta con 700 estancias, 2.513
ventanas, 352 chimeneas, 67 escaleras, 483 espejos , y 13
hectáreas de chimeneas. La superficie total es de 67.121
m² de los cuales 50.000 están abiertos al
público.
Entre los 55 estanques, los más grandes son, el Gran
Canal, de 24 ha. y 500.000 m² y el estanque de los Suizos,
de 180.000 m² . Hay 600 surtidores y 35 km² de
canalización.
Capítulo 4:
Absolutismo
4.1 Causas del surgimiento del absolutismo
Algunas causas son La burguesía apoyaba la
concentración del poder para estabilizar la economía dentro de todo el territorio de un
Estado, El protestantismo o Reforma protestante, iniciado
por Martín Lutero distanció a un Estado como
Alemania de la
Iglesia y los
Estados papales y disminuyó su importancia en las
decisiones del rey, La conquista de
América
llevó a países como España y Portugal a
acumular grandes cantidades de riquezas en oro y plata
(Mercantilismo)
lo que demostró que el absolutismo tenía más
poder sobre los países vecinos, La necesidad de juntar
fuerzas militares como en el caso de la guerra de los cien
años entre Francia y el Imperio Británico
obligó a los Estados a poseer un ejército regular
comandado por el rey y ya no por señores feudales
dispersos e incomunicados, La crisis de la
servidumbre.
4.2 Principios
Básicos del Absolutismo
El poder es de carácter divino: la autoridad del
Rey fue designada por Dios, El Rey tiene un trato paternal con el
pueblo, La autoridad del Rey es absoluta, no debe pedirle permiso
ni al Parlamento ni a los nobles para tomar decisiones, La
autoridad del Rey está sujeta a la razón, El Rey es
la ley.
4.3 Características del Absolutismo
Las principales características del absolutismo fueron
el rey único, vitalicio, hereditario y teocrático
lo que hacia que el monarca dictara todas las leyes de acuerdo
a sus intereses y la de los nobles, que estaban para aconsejar al
rey en sus decisiones aunque éste siempre tenía la
última palabra; el rey manejaba los hilos de la iglesia y
era el jefe temporal, lo que quiere decir que manejaba la parte
administrativa y todo lo que tiene que ver con sus riquezas,
mientras que la parte de la fe y la creencia religiosa eran
atribuidos al clero; se practicaba una economía
mercantilista en donde todo estaba respaldado en metales como el
oro y la plata siendo este sistema
responsable por las miserias que azotarían Europa luego y
que serán cambiados por sistemas
más liberales, y a su vez muy controlada para así
poder cobrar los impuestos
necesarios para poder mantener la acomodada vida del rey y los
nobles en el Palacio de Versallesen el caso de Francia con todas
sus fiestas y más de un centenar de habitaciones. En
cuanto a la sociedad, ésta es estamentada.
Este régimen, para poder funcionar y asegurar su
continuidad, debe contar con un ejército que apoye
incondicionalmente al rey y para a su vez apoyar y mantener el
sistema monárquico en orden y controlar cualquier tipo de
revueltas contra éste, una burocracia con
ministros y funcionarios públicos a cargo que la hagan
funcionar correctamente para que así se mantenga el poder
monárquico, un grupo de embajadores que se encargaban de
los tratados
comerciales, de guerra, y matrimoniales ya que todos los reyes
europeos se casaban entre ellos para asegurar las coronas reales
y estos casamientos siendo pura y exclusivamente por interés,
un sistema
tributario fuerte que pueda mantener en pie todos los
gastos del
Estado y del monarca, así como también la flota, el
ejército y la burocracia.
En resumen, el objetivo del
absolutismo es la concentración del poder del Estado y
monopolio de
la autoridad en la persona del rey.
Dedicatoria
Esta Monografía
la dedico a todas las personas que me dieron su apoyo en esta
Monografía y que me ayudaron a hacer esto
posible, en especial al profe Edward porque sin el esquema
hubiera sido imposible de realizar, gracias profe Edward.
Autor:
Joaquín Chaves
Colegio American College
Grado: 7° "A"
Ciudad: Asunción
Mes: Octubre
Año: 2008
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |